Estos días me reincorporo como funcionario a l’Ajuntament de Calvià. Mi casa, mi administración «base».
He de reconocer que me gusta realizar estas temporales excursiones o aventuras laborales que tanto enriquecen (aconsejo hacerlo a quien pueda; es más, creo que deberían ser obligatorio practicarlas en las administraciones públicas). Una vez más tengo que agradecer a los responsables municipales actuales la comprensión y acogida que me dispensan. Ahora me queda devolver, otra vez, a Calviá, a su Ajuntament y también a la ciudadanía (que es la que finalmente me paga) lo que he aprendido, como profesional y como persona. Voy a tratar de seguir aportando (igual que las tres veces que he regresado) lo mejor que tengo, trayéndome y proyectando lo experimentado. Curiosamente me siento ahora más «hecho», más competente y capaz de generar más valor (supongo que son cosas de la edad 😉).
He estado dos años y medio ocupándome de la dirección de la Escuela Balear de Administración Pública EBAP, para mí ha sido un auténtico placer trabajar con el excelente equipo de responsables y funcionarios de esa casa. He tenido la oportunidad de conocer gente muy interesante (profesores, colaboradores, consultores, otros responsables de escuelas, funcionari@s en tribunales, etc.). Quiero agradecer a las conselleras (Catalina Cladera e Isabel Castro) que me otorgaron la confianza para estar ahí. Y a Fernando Monar, mi antecesor, que fue mi referencia y guía. No tuve nada más que seguir el camino que él había marcado y tratar de no estropearlo demasiado.