Pilar

En los últimos meses, en su casa,
nuestras cortas conversaciones
no podían versar sobre algo situado en el espacio o el tiempo,
porque eran zonas que no controlaba ya.
Se centraban en emociones de una vida,
no siempre fácil y placentera,
pero que había transitado feliz, en su mayor parte.
Buscábamos los dos, no sin cierta dificultad, esos recuerdos y momentos dichosos.

Me gustaba decirle, de forma insistente, que su principal empresa en esta vida
la había culminado, con mi padre, de forma sobresaliente.
No dejaba de recordarle que su legado no se queda ahí, con nosotros dos,
que continuaba con los otros cinco jóvenes que se encargarán asimismo de proyectarlo.
Yo notaba que eso lo entendía,
que agradecía mis palabras de una forma tan sincera que me hacía estremecer.
Pero pronto, cerrando los ojos, cansada, dejaba caer su cabeza sobre la almohada
y volvía a esa dura oscuridad o confusión que la tenía atrapada irremediablemente

Me gusta pensar que esta puñetera enfermedad
no va a poder cargarse ese escondido pliegue en su cerebro,
donde guarda, como un tesoro, esa convicción.
Y que podrá, aunque muy de vez en cuando,
salir de la sombras,
encontrarla y volver a disfrutarla,
ahora ya ella, en soledad.
Sin mí. Sin nadie.

Hoy salió de casa, en camilla,
hacia su nueva morada, sin fecha de regreso.
Como siempre lo ha hecho,
de forma discreta, tranquila, resignada,
pidiendo perdón por las molestias
y dando gracias por las atenciones.

Salió en un día soleado, brillante, impropio de un mes de febrero,
disonante con los sentimientos tristes de nuestros corazones.

Salió y su fino cabello blanco agradeció aquellos cálidos rayos de sol
que no había recibido desde hacía tiempo.
Y la hicieron aún más bella por dentro y por fuera, si cabe.

Aún no se ha ido
pero es como si lo hubiera hecho.

8 comentarios en “Pilar

  1. Todos sabemos lo que es una madre y suscribo tus palabras hacia la madre con mayúscula.
    La que nos trae al mundo, nos cuida , y sabe lo que nos pasa con una simple mirada a nuestros ojos.
    Mira por ella siempre lo mismo que por tu padre y piensa que un 80 por ciento de lo que eres es por ellos.
    Se nota en tu escrito un sentimiento de amor y de cariño, de ternura y de gratitud.
    Recuerdo los ratos que pase en su casa hablando de ti y de tu hermano… Hablando cosas bonitas de vuestro trabajo en la escuela. Siempre habéis sido buenos hijos de buenos padres; por eso sois y seréis siempre una familia maravillosa.
    Pilar, adelante, siempre serás la madre deseada por cualquier hijo.
    Un beso, un abrazo, un te quiero de Juanjo, aquel maestro asturiano a quien dejaste entrar en tu casa y se convirtió en un familiar mas.
    Hasta siempre…yo también te quiero

  2. No tengo, palabras, solo para expresar el cariño y la admiración que tengo hacia la Señora Pilar, simpre está y estará dentro de mi corazón.
    Gracias Jaime por compartir tus sentimientos.
    Un abrazo muy fuerte.

  3. Hemos convivido mucho, yo a Pilar la tengo en la mente como a una segunda madre, se que es muy fuerte, ha aguantado, y seguirá aguantando, pero como bien dices esta puñetera enfermedad es incontrolable. Saludos y no desistamos en el empeño.

  4. Me han emocionado tus palabras y se me ha hecho un nudo en la garganta.
    Gracias Jaime. Siempre llevo en mi corazón a tu madre, a mi amiga Pilar, que quedábamos para irnos de paseo por el pueblo.
    Se que en algún lugar de su mente, estamos todos , aunque sea a ratos.

    Un beso y un abrazo muy fuerte
    Francisca

  5. Qué bellas palabras y reflexiones querido Jaime…
    Y qué complejo cuando está sin estar…
    Menos mal que Pilar, tu madre dominará en los recuerdos a la «enfermedad» que es quien la reemplaza ahora.
    Un abrazo cálido y solidario para este paso necesario pero nada fácil.

  6. Que bonito Jaime, seguro que como tú dices ,en ese escondido pliegue de su cerebro guarda el más querido y mejor tesoro que podemos tener , el recuerdo de haber vivido junto a los suyos los mejores momentos , ❤️

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