Estos días estoy leyendo «Organizando el Leviatán. Por qué el equilibrio entre políticos y burócratas mejora los gobiernos.» De Carl Dahlström y Víctor Lapuente.
Justo cuando estudiaba esta interesante tabla de algunos estados que sitúa su sistema de función pública en dos ejes (el de la «carrera para toda la vida» y el de la retribución vinculada a rendimiento), tenemos la oportunidad de recibir en nuestra casa a una pareja de amigos de mi hija, mexicanos. Él, joven de unos 25 años, licenciado en económicas, nos dijo que trabaja en la Secretaría de Economía (como un Ministerio) del gobierno central de México, por lo que me apresuro a mirar por dónde anda su país en esta parrilla y empecéa conversar con él.
Me indicaba que no hay incentivos por rendimiento de forma general en las administraciones públicas mexicanas, como nosotros. Pero le pregunté cómo, con su edad, está trabajando ya allí. Me dijo que hace casi dos años que está y fue porque su profesor, de reconocido prestigio en la universidad y responsable de una agencia gubernamental, le propuso colaborar con él al terminar sus estudios. Así, simplemente.
Me comentaba que al finalizar las carreras, sobre todo en determinadas disciplinas, las grandes empresas y consultoras abordan y tratan de captar al alumnado más talentoso de la promoción. Y en su caso también lo hace la Administración, a su manera.
Ya sé que me dirán algunos que eso no garantiza el sacrosanto principio de igualdad en el acceso y esas cosas, si. ; -) Lo sé. No quiero decir que debamos copiar ese sistema exactamente. Pero a mí me abrió los ojos, y me permitió un nuevo enfoque o manera de ver las cosas.
Nos indicaba el joven que para acceder de manera definitiva a «funcionario» tenía que hacer unas pruebas. Pero concluímos entre los dos que, en ese momento ya se habría dado una interesante experiencia o «prueba» de la persona hacia la administración y de la administración hacia la persona. En concreto él no lo veía como el trabajo de su vida, de hecho pensaba que quizás se incorporaría pronto al sector privado, pero bueno… últimamente le está gustando más el trabajo que realizaba en la Secretaría, y ya se verá.
Todo esto me recordaba lo que nos comentó Francisco Longo (Director de ESADEgov ) recientemente, en Congreso de Novagob celebrado en Toledo. A sus mejores alumn@s, que terminaban la formación en gestión pública, no les faltaban consultoras que acudían rápidas a captarl@s . Al final trabajan en la administración, pero desde fuera. No desde dentro. Ninguna administración va a buscarles. Y sinceramente, seguro que no les incentiva mucho a esos alumnos y alumnas nuestro sistema de acceso, no.
Mientras despedíamos a nuestros amigos mexicanos, en una interesante velada, y les dábamos a probar la sobrasada mallorquina y un buen vino de Binissalem, tomé aún mayor conciencia de que algo tenemos que hacer con nuestro sistema de selección y reclutamiento en las AAPP. Levantar la cabeza y ver lo que hay por ahí seria un buen principio.
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