Esta primavera nos está ofreciendo postales magníficas de color y luz. Tenemos que apresurarnos a disfrutarlas antes de que llegue el verano y se las lleve por delante. He salido esta mañana al jardín y he reparado en este rincón:
Las margaritas está magníficas, amarillas, como si fueran a explotar. Pero quizás lo suyo no tenga mucho mérito, ya que están ancladas en la tierra, recibiendo todos sus nutrientes y obteniendo agua mucho más fácilmente.
Lo que es ciertamente complicado y que tiene mérito es lo que está haciendo su compañera que también sale en la foto. Se llama Tillandsia aeranthos. Es una planta que no necesita ni tierra ni apenas agua, aguanta con el rocío, la niebla o la lluvia. Su floración, es una maravilla, como hemos podido apreciar en casa esta mañana:
Este festival de colores, y la competencia de estas plantas -con recursos diferentes- por presentarse mejor y más bellas, no ha podido menos que recordarme a los funcionarios y funcionarias que a pesar de las dificultades que tienen en sus organizaciones, en su contexto, a pesar de las limitaciones de recursos y de razones realmente motivadoras para seguir adelante, son capaces de hacerlo, de continuar aportando soluciones, tratando de innovar, sonriendo a los ciudadanos y sorteando las adversidades de unas organizaciones públicas que, quizás sólo por eso, tendremos que reinventar.
¡Vaya hoy un homenaje a ellos y ellas con esta entrada!