Observo que el debate sobre la transparencia está en pleno apogeo. No sé si tiene que ver con el momento concreto: acabamos de salir de una elecciones y ya se están preparando otras. Espero que no. Espero que sigamos hablando de este tema en el futuro, y que no sea sólo parte de las «luchas» y reproches entre partidos políticos. Espero que perdure y permanezca un nivel de exigencia que haga tensionar y espabilarnos en la administración. Y eso es cosa de los ciudadanos, de todos nosotros.
Pero espero también que hablemos «de otra manera». Como más en serio. En mi opinión algunos de los debates que se plantean tiene mucha carga de demagogia y están alejados de la verdadera esencia de la transparencia y la rendición de cuentas.
Con esto no estoy diciendo que, por ejemplo, conocer el patrimonio de los políticos y/o el perfil profesional de los nuevos responsables políticos o directivos sea poco relevante, no. Hay que conocerlo. Pero puede ocurrir que un nuevo responsable (del PP, del PSOE, de Mes o de Podemos) con bienes o patrimonio muy por encima de la población media los haya obtenido lícitamente, y puede ocurrir también que se nombre a un directivo o responsable (próximo al PP, al PSOE, a Mes o a Podemos) que reúna el perfil técnico y profesional adecuado para un puesto público de libre designación. A eso me refiero.
Ahora que estoy tocando estos temas en mi actividad profesional técnica, percibo que realmente algo tan básico como que se ofrezca a los ciudadanos datos e información de lo público (y además de manera amable y entendible), permitirá aflorar/evidenciar si determinadas decisiones son injustas. Esa es la esencia de la transparencia en estos momentos: su valor preventivo, disuasorio, intimidatorio, como de «vacuna». La información abierta y transparente generará «inmunidad frente al ataque patógeno correspondiente» (como pueden ser la corrupción y otros compartimientos no deseables).
Así pues, en mi caso, contesto afirmativamente a la provocativa pregunta del título. Creo que hay mucho por hacer, pero sólo facilitar la información de forma transparente a los ciudadanos puede ser un buen comienzo … y no te digo nada si además somos capaces de concretar procesos de Rendición de Cuentas eficaces y permanentes (y de eso os propongo hablar otro día).